miércoles, 22 de noviembre de 2023

¡El histórico árbol de Tetuán, arrasado!

 

 

Triste final para el acebuche

El histórico acebuche

 El acebuche hoy


Fotos: Javier López Rodríguez

 

Insensatez, atentado ecológico, ignorancia extrema… no sé cómo calificarlo. Acabo de realizar una nueva gira por el norte de Marruecos y me he encontrado este mítico árbol convertido en un vacío en el que no quedan ni restos de ramas ni de troncos, antaño tan nutridos y de buena sombra. Ni siquiera han quedado ordenadas las lajas de piedra que acogieron tantos encuentros de personajes y sucesos de la Historia. El lugar era un paraje para encuentro tanto de gentes de las aldeas, como espacio de reuniones de sucesos históricos de gran trascendencia.  Piedras que formaban la base de este insigne acebuche que tanto protagonismo ha tenido en la historia común de Marruecos y España

Lamentable. Triste. Otra “huella olvidada” que desaparece. No han dejado nada del árbol, como testifican estas fotos. ¿Qué ha ocurrido? Nadie en la zona ha sabido explicarnos el porqué de esos tremendos hachazos sin razón. En el lugar más próximo en ese valle reserco, un humilde bacalito que hay en la rotonda de la Esperada, a unos 5 km. saliendo de Tetuán hacia Tánger, el joven Mohamed nos ha comentado que el desastre sucedió hace siete meses y fue obra del hacha del agricultor propietario de estas tierras de olivar. No sabía encontrar explicación a un hecho inexplicable y que priva de un atractivo a un lugar que ya no llamará la atención a nadie.

Deberíamos hacer un esfuerzo por valorar, velar y preservar mucho más el Patrimonio histórico que nos rodea.

martes, 21 de noviembre de 2023

El histórico árbol del norte de Marruecos

Foto: Pablo Alcalde

El acebuche del Fondak de Aïn Yedida

En la carretera antigua de Tetuán a Tánger, pasada la presa de Agrás desde la que el río del mismo nombre discurre paralelo al camino, comienzan las cuestas que conducen al Fondak. En la margen del río opuesta a la citada carretera, sigue allí un viejo árbol que preside un bosquecillo de olivos jóvenes y que bien podría superar los 300 años. El tronco, grueso y retorcido, está rodeado de grandes piedras que sirven para que los caminantes puedan sentarse a su sombra. Pese a su imponencia, nadie diría que aquel viejo árbol que destaca sobre todos los demás, tiene una larga e importante historia relacionada con España.

Se cuenta que bajo la sombra de este árbol centenario se reunieron en ocasiones cruciales los jefes de las cabilas marroquíes con las autoridades locales españolas. En 1860, en una tienda que se instaló bajo el viejo árbol en el Fondak, se concertó una tregua y se firmó la paz entre el general O’Donnell y el sultán Muley el-Abbass. Varios años después, en 1915 el alto comisariado, general Gómez Jordana, habría celebrado infructuosas conversaciones con el jerife al-Raisuni. Las fricciones continuaron y cuatro años después otro alto comisario, Dámaso Berenguer, acompañado del general Fernández silvestre, establecería nuevos pactos con el indómito cabecilla yebelí, una vez más bajo la sombra este acebuche mítico. Posteriormente el Gobierno ordenó al nuevo Alto Comisario, el general Gómez Jordana que llegara a un pacto con el Cherif. Tras largas negociaciones, se la lcanzó un acuerdo por el que Jordana y el Raisuni se encontrarían en el Fondak, cuyo paso estaba cortado y el pacto iba a permitir su apertura.

El año 1919 el Alto Comisario Dámaso Berenguer tenía una función política careciendo de mando directo de las fuerzas. El Cherif Raisuni estaba otra vez en pie de guerra y, tras la desastrosa operación de Cudia Rauda que provocó la disolución de tres compañías del Grupo de Regulares de Ceuta, quedó decidida la ocupación del Fondak de Ain Yedida para asegurar las comunicaciones de Tetuán con Larache. Para operar en zona tan peligrosa, se reunieron unos 12.000 hombres bajo el mando de los Generales Vallejo y Fernández Silvestre, que había sido nombrado comandante General de Ceuta. En ese mismo año de 1919 El Alto Comisario Berenguer, que había seguido el avance con gran preocupación, acudió al río Agrás desde la capital del Protectorado. La compañía (mía) de la Policía Indígena destacada se había sublevado, matando a sus oficiales y pasándose al bando del Raisuni. Los planes, no obstante, siguieron adelante y se inició la ofensiva sobre el Fondak.

Hoy en día el acebuche sobrevive, semioculto y envejecido, a un costado de la carretera Tánger-Tetuán. Sin duda se puede considerar otra “huella olvidada”. Un peculiar vestigio botánico, silencioso testigo de los encuentros y desencuentros de unas y otras autoridades.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Mis tres libros

Pídelos en las web de 
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Y disfruta leyendo

2023
2022
2021

miércoles, 11 de octubre de 2023

Omán, un país muy diverso

Fotografías de Nacho Burrull.

 

Localizado al suroeste de Asia, en la costa sureste de la península Arábiga, limita con los Emiratos Árabes Unidos al noroeste, con Arabia Saudí al oeste y con Yemen al suroeste. Tuve oportunidad de visitarlo en 2009, durante un crucero por el también llamado golfo Pérsico, y ahora aprovecho algunas fotos que publica mi amigo Nacho Burrull para editar esta entrada. Gracias, Nachín.


lunes, 29 de mayo de 2023

Tenebrosos amaneceres de La Vera

Elige tu amanecer preferido

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domingo, 23 de abril de 2023

sábado, 15 de abril de 2023

SOMOS AGUA

Madrid, fantástica exposición en la Fundación del Canal de Isabel II

https://www.fundacioncanal.com/somosagua/

jueves, 13 de abril de 2023

Amaneceres veratos

Un solo día, amaneceres varios

sábado, 4 de marzo de 2023

¿Debe el Tesoro de los Quimbayas regresar a Colombia?

Vista parcial de la sala del tesoro. En primer plano, tejido que cubría una momia de Paracas (Perú)

Ayer me fui a dar un paseíto por uno de mis museos favoritos de Madrid: el Museo de América, en la zona de Moncloa, que alberga una extraordinaria colección de fondos de todas las épocas y culturas precolombinas. Entre ellas, por citar las más relevantes, el Códice Tudela (1553), el Códice maya Trocartesiano (siglo XV), fardos y tejidos de momias de Paracas (Perú), cientos de piezas de cerámica, huacas, cuadros, esculturas, documentos, libros y cartografías americanas. Y, por supuesto, el controvertido «Tesoro de los Quimbayas», una colección que representa el mayor conjunto de orfebrería quimbaya realizada a la cera perdida, hallada en 1890 conformando el ajuar funerario de dos tumbas provenientes de Filandia, en el departamento del Quindío, Colombia.

Su importancia radica no solamente en el número de piezas que integran el conjunto, sino en su excepcional calidad artística y técnica, que las convierte en auténticas obras maestras del arte precolombino, pudiéndose considerar como el principal tesoro americano hasta el descubrimiento de la tumba del señor de Sipán en Perú.

En el año 1892 tuvo lugar la conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América en Madrid. El Tesoro había sido adquirido por el gobierno colombiano a los intermediarios que a su vez lo habían comprado a los huaqueros que lo encontraron. La adquisición se realizó en 1891 por la suma de 70.000 pesos: 433 objetos con un peso de 21.224 gr. La intención del entonces presidente de Colombia, Carlos Holguín, donar este fabuloso tesoro a la reina de España, María Cristina de Habsburgo, en agradecimiento a la presidencia que aquel año ésta había ejercido en el Laudo Arbitral de un conflicto de fronteras entre Colombia y Venezuela, que se resolvió a favor del primero.

El Tesoro en el Museo de América de Madrid

En todo caso, la parte actual del Tesoro de los Quimbayas conservada en el Museo de América corresponde sólo a una quinta parte de la ofrenda original localizada. Esto significa que otras cuatro quintas partes de oro y objetos de estas tumbas se dispersaron en manos particulares, quizá terminaron fundidas en lingotes.

El Tesoro lo forman diferentes objetos relacionados con el consumo de alucinógenos y el adorno del cuerpo de los caciques. Además de narigueras, orejeras, agujas, collares, colgantes, cascabeles, varios cascos, una diadema, instrumentos musicales, etc.

La Corte Constitucional de Colombia ha determinado que se deben revertir todas las piezas que se encuentran en España, ordenando al ejecutivo colombiano que, a través de su Cancillería, haga las gestiones pertinentes para que regresen al país. Esto plantea un problema porque el ejecutivo colombiano, hasta ahora, había considerado que el regalo a España fue un acto legal y legítimo. La polémica está servida.

Trasladándonos al otro lado del Atlántico, uno de los lugares más especiales a visitar en Bogotá es el Museo del Oro del Banco de la República, que preserva unas extraordinarias colecciones arqueológicas patrimonio y un orgullo de todos los colombianos. Recuerdo que durante una visita a este recinto tan destacado cometí la imprudencia de preguntar a un funcionario, con mi acento de español, por el destino del Tesoro de los Quimabayas. La indignación del empleado fue tal que ni alancé a entender el aluvión de exabruptos que vertió. Para la mayoría de los colombianos este asunto provoca rabia e irritación, y reclaman que el tesoro vuelva ya a su país de origen.