
Fortín Villazón es un puesto militar perdido en el Gran Chaco más remoto, justo a tres kilómetros de la frontera boliviana. Está situado en algún lugar de una vastísima extensión que se conoce como «El silencio».
Una veintena de soldados guaraníes, a las órdenes de su sargento —el del sombrero, a la izquierda en la foto—, pasan las jornadas aislados y en absoluta soledad. Tal ha sido su sorpresa al vernos aparecer, que hemos sido inmediatamente retenidos y recluidos allí, hasta recabarse mayor información. Nuestra liberación tardará todavía tres largos días en llegar. Por ello, no hay que extrañarse de que hayamos acabando haciendo buenas migas y no tardemos en convertirnos en parte del marcial grupo.