Teresina, estado nordestino de Piaui
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Damnificados de las inundaciones |
Extraído
de mi informe mensual:
"En los abrigos —albergues
de acogida— hay condiciones de alta insalubridad, con presencia de basura y
encharcamiento de aguas negras en casi todos los puntos de agua, que se ven
agravadas con el paso de las semanas. En mayo el 37,5 % de los abrigos presenta
una condición de aseo general pésima (el 31,1% regular y el 31,3 % buena). En
el 43,8% proliferan las basuras en su interior. Y en el 47% los excrementos son
depositados inadecuadamente. Destacar la cantidad de animales conviviendo con
los humanos en los abrigos. En 3 de cada 4 abrigos hemos constatado presencia
de diversos tipos de animales, sobre todo, perros, pero también, gatos,
pájaros, gallinas e incluso ratones domésticos."
Las fuertes
lluvias que han asolado la región nordestina de Brasil durante las primeras
semanas de enero del 2004, han provocado catastróficas inundaciones. Meses
después, conforme a las referencias de la Prefectura, todavía existen en
Teresina más de 1.600 familias damnificadas, sobreviviendo en abrigos o
alojadas en casas de familiares y amigos. Qué duda cabe que, pese a la dureza
de las condiciones de sobrevivencia, esta resistencia inquebrantable que
mantienen es debida no solo al desamparo, sino también a una rotunda forma de
presión. Su refugio es una manera de luchar para obtener apoyo, en su
reivindicación de acceder a una vivienda digna.
Las
promesas de reubicación constituyen la esperanza de la gente, alimentada
incluso por el propio presidente Lula da Silva, que en su visita a Teresina con
algunos ministros realizó promesas enfáticas de reubicación y solución
habitacional para las víctimas. Por esta razón, las familias permanecen hasta
hoy precariamente albergadas en esas escuelas, gimnasios, centros sociales y
otras instalaciones ocupadas, aguardando promesas que no acaban de cumplirse.