En 1992, el Partido Cívico Democrático y el Movimiento por una Eslovaquia Democrática obtuvieron la mayoría en sus respectivas repúblicas. La negociaciones en torno a un estatuto se vieron frustradas y checos y eslovacos decidieron la escisión.
Praga, la capital, es una de las ciudades más bellas de Europa, fue declarada Patrimonio Histórico en 1992.
