domingo, 18 de agosto de 2024

MIS PAJARILLOS FAVORITOS DE LA VERA

La comarca de la Vera se ubica entre la sierra de Gredos y el cauce del río Tiétar, en el vértice noreste de Extremadura que, a su vez, es la región de Europa Occidental con mayor porcentaje de áreas de interés para la observación de aves. Somos pocos habitantes, hay escaso desarrollo industrial y los paisajes naturales, ganaderos y agrícolas son predominantes. Este territorio silvestre se difunde entre altas montañas, cordilleras boscosas, profundos valles e inmensas llanuras pobladas de dehesas. Las características configuran un espacio idóneo para una diversidad de especies de gran atractivo. Estas son tan solo algunas de ellas, quizá las que más me gusta observar sobrevolando los cielos  que nos rodean.

Dedicado a los Bomberos Forestales,
siempre alerta y eficaces.

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NOTA. La información e imágenes que se ofrecen en esta entrada del blog proceden, básicamente, de SEO/BirdLife y experiencias provenientes de mi propia finca o alrededores, situada en zona rural de Villanueva de la Vera (Cáceres) y donde vivo desde hace una veintena de años. SEO/BirdLife es una federación que agrupa asociaciones dedicadas a la conservación de las aves y la naturaleza. La mayor organización global, que cuenta con representantes y socios en todo el mundo.

www.seo.org

 

Las oropéndolas, procedentes de África Subsahariana, llegan en mayo a nuestro territorio para pasar todo el verano. Ave de comportamiento muy esquivo, es difícil de ver, aunque su canto nos acompañe durante todo el estío y entre la espesura destaque su bellísimo plumaje amarillo.

 

La grulla común es una de las aves más grandes que sobrevuela nuestra tierra y su invernada masiva en Extremadura es cada año uno de los espectáculos más impresionantes del mundo natural. Todos los inviernos aproximadamente 80.000 grullas comunes vienen desde el frío norte continental a nuestras dehesas y llanuras, con su vuelo pausado y sus peculiares graznidos que parecen llamarte desde el cielo para anunciarte su llegada en ordenadas hileras en forma de uve. En nuestros campos encuentran abundante alimento, y en las orillas de pantanos y lagunas —al momento justo de ponerse el sol—, unos bulliciosos dormideros donde descansar hasta el amanecer. Las grullas recorren unos tres mil kilómetros desde el norte europeo al que volverán, para pasar la temporada de primavera y verano, y volver a visitarnos, inexorablemente, el año siguiente.

 

El abejaruco es uno de mis más apreciados, por el bello plumaje colorido (azul, anaranjado, verde …), garganta amarilla y pico alargado con un capirote oscuro sobre el que sobresalen unos ojillos rojos muy vivaces. Es de tamaño medio, constituyendo una especie difícil de encontrar en regiones más al norte del continente, pero por Extremadura solemos verlos de abril a septiembre, Durante los meses de invierno, emprende largos viajes hacia zonas más cálidas y con mayor disponibilidad de alimento, que pueden abarcar distancias de miles de kilómetros. Estas migraciones son un desafío para los abejarucos que, sin embargo, vuelven fielmente cada año volando en grupos pequeños y mostrando gran agilidad con sus movimientos acrobáticos para atrapar en el aire todo tipo de insectos. No es un pájaro especialmente bienvenido por los apicultores dada la habilidad que muestra para capturar abejas, de ahí su nombre.

 

Las abubillas son otras de las aves más bellas que, con suerte, podemos encontrar por los caminos extremeños. Es una especie diurna, solitaria, territorial y migratoria habitante de regiones seca de bosques claros, zonas de frutales, viñedos y campos cultivados con arboledas.Su plumaje puede variar desde un pardo rosado a un canela oscuro o rojizo, con las alas y la cola listadas de blanco y negro. En la cabeza está dotada de un penacho de plumas eréctiles como un abanico, pero casi siempre lo mantiene cerrado. Son inconfundibles, especialmente por el vuelo, y suelen anidar en huecos de árboles viejos, cavidades de edificios, grietas entre las rocas y montones de piedras.

 

Los rabilargos son, probablemente, las aves más cercanas a mi cotidiano vivir rural: todos los años diezman la cosecha de cerezas. Tan voraces y osadas son, que no me dejan ni una sola picota, incluso cuando éstas todavía verdean en los árboles, a principios de abril. Planean en bandadas de 30 o 40, como una pandilla de malandros, comiendo en el suelo o en las ramas, sin calmar sus graznidos de alerta cuando sienten que algo les amenaza.

Y pese a ello es otro de mis favoritos; lo cierto es que me gusta observar el vuelo bajo de estas hermosas aves que, pese a pertenecer a la familia de los córvidos, tienen un aspecto muy bello con su plumaje azulado, capirote negro como antifaz y esa cola larga que les da nombre. Con frecuencia, y a lo largo de todo el año, anidan en los porches y parrales de mi finca en los que ponen una media de seis huevos.

La distribución geográfica es una sorprendente singularidad de estas aves, pues se limita únicamente a las dehesas y campiñas del suroeste peninsular. Nada más, salvo sus «parientes» del otro extremo del planeta: el sureste de Asia, a 9.000 km.

 

 

Aunque es más visible en verano, la pequeña curruca está presente todo el año en zonas abiertas con arbolado disperso. Me gusta, además de por su aspecto menudo y grácil, porque simboliza aquí al diverso conjunto de hermanitos paseriformes, aves de escaso porte, gran belleza y continua presencia. Son conocidos por los lugareños como «gorriatos» y emiten un dulce gorgojeo que se diría que expresa felicidad. Es una delicia oírlas piar desde el amanecer, tan cercanas en los árboles y tapias o tabiques próximos donde anidan, compartiendo con nosotros la vida desde hace mucho tiempo.

 

La cigüeña negra es un ave garbosa, de costumbres migratorias, que se diferencia de su hermana, la cigüeña blanca, por su plumaje oscuro, ser más esquiva y, sobre todo, por su escasez. Habita en lugares de difícil acceso, siendo Extremadura, y el Parque Nacional Monfragüe y su entorno en particular, las zonas donde existen un mayor número de ejemplares. He podido verlas cerca de mi finca, de manera eventual, en el sector más abrupto de la garganta Gualtaminos, próximo a su desemboca en el río Tiétar.

Se debe tener bien presente que es un ave de estatus vulnerable, en regresión, a la que es fundamental no ocasionarles molestias, especialmente en época reproductiva. Observarlas únicamente con prismáticos o teleobjetivos y desde considerable distancia, nunca aproximarse.

 

El críalo es un ave de hábitos migratorios y vive en zonas arboladas abiertas y cálidas. Es capaz de alimentarse casi en exclusiva de orugas de todo tipo, incluso las que están protegidas por sustancias tóxicas o pelos urticantes, como las «procesionarias» de los pinares. Es de tamaño medio, muy semejante al cuco, del que se diferencia por su aspecto más esbelto, por tener una cola más larga y por el colorido del plumaje. El aspecto más llamativo de la biología del críalo es su estrategia reproductora, basada en la parasitación de nidos de córvidos. Como su pariente el cuco, practica el parasitismo de puesta en los nidos de otras aves como urracas y estorninos. Es decir, pone sus huevos en los nidos de otras especies pero, a diferencia del cuco común, ni la hembra ni los polluelos de críalo sacan del nido los huevos del huésped cuyo nido parasitan, si bien a menudo algunas de las jóvenes urracas mueren por la falta de alimento que ocasiona la presencia de la cría de críalo. En compensación se sabe que los polluelos de críalo secretan un olor que repele a los depredadores que les acechan, y este repelente les protege tanto a ellos mismos y como a los polluelos del huésped.

 

Me gusta observar a lo mirlos dando pequeños saltitos alrededor de la casa, emitiendo ese repertorio de cantos alegres y melodiosos. Se diría que son cánticos de felicidad y es maravilloso escucharlos tan cerca, mientras van picoteando entre las plantas del jardín, sin que apenas les altere la proximidad humana. Son omnívoros y consumen una amplia variedad de insectos, gusanos y frutas. El mirlo macho es completamente negro mientras que las hembras adultas y los menores tienen un plumaje marrón. Con el pico amarillo y un círculo también amarillo alrededor de los ojos. Anida en bosques y jardines, construye un nido en forma de copa, bordeado con barro. Tienen un comportamiento territorial agresivo en el lugar de anidación y no viven en grupo. El macho establece el territorio durante su primer año de existencia y lo mantiene toda su vida, pero durante la temporada de cría un mirlo no soporta a ningún congénere, con la excepción de su pareja. Fuera de la época de cría, varios mirlos comunes pueden compartir un mismo hábitat que les procure alimento y refugio, y a veces pasan la noche en grupos pequeños. 

 

Todavía recuerdo aquel invierno en que una pareja de milanos reales anidó en un pinar próximo a la casa. Los observaba de lejos, con prismáticos y mucho sigilo, hasta que la llegada del polluelo aconsejó mayor prudencia. Desgraciadamente pronto se corrió la voz en la zona y la familia de milanos no tardaron en alejarse de las molestias y se trasladaron a un lugar más remoto y oculto del bosque. No obstante, siguieron volando por estos cielos, siempre reconocibles por su silueta estilizada, la cola ahorquillada y el vuelo ágil, u oteando con su extraordinaria vista y lanzados vertiginosamente sobre sus presas cuando detectan algún conejo o roedor. Durante unos años, esta familia de rapaces volvió al mismo bosque, aunque cada vez anidando en pinares más frondosos y alejados. Pero en sus vuelos de oteo a menudo se dejaban ver, pasando altivos y arrogantes, con la seguridad que les da la altura y la agilidad de movimientos en el cielo. Tristemente, la población de milano real ha experimentado un acusado descenso en los últimos años (según SEO/BirdLife), pero todavía confío que el próximo invierno volverá la hermosa familia para seguir reproduciéndose por aquí cerca.

 

 

Las agrestes serranías del centro y el oeste de la Península son el último refugio de una de las rapaces más sobresalientes de nuestra fauna: el buitre negro, un gigante de casi tres metros de envergadura que conserva en nuestro territorio sus mejores poblaciones de todo el mundo. Se trata de una especie estrictamente forestal que sitúa sus nidos en manchas de bosque mediterráneo y pinares. En vuelo es inmenso, con unas alas largas, anchas y de bordes rectos, a diferencia del buitre leonado. La cola es corta y en forma de cuña. Es frecuente verlos en los cielos veratos, volando en círculos con sus alas enormes y dando giros en el aire para aprovechar las corrientes y descender lentamente sobre alguna cabra o res muerta. El buitre se alimenta fundamentalmente de carroña.

 

Oigo un repiqueteo tac-tac-tac-tac que me resulta familiar: un roble centenario cercano es frecuentado por una pareja de Pico picapinos. Lo hacen apoyándose en su cola corta y aferrándose con las uñas a la corteza, en movimientos que son acompañados con un continuo trabajar con el pico. Van haciendo pequeñas melladuras lo suficientemente profundas para alcanzar los insectos y larvas refugiados bajo la cubierta, en lo que se ayuda con la lengua sobre todo para sorber la savia que brota de las incisiones practicadas por él alrededor del tronco. También se alimenta de semillas de piña y no desprecia la oportunidad de comer otros muchos frutos silvestres e incluso cultivados. Popularmente conocido como Pájaro carpintero, es una especie eminentemente sedentaria y se aleja muy pocos kilómetros de una reducida zona donde anida y se alimenta. Su martilleo fuerte y de largo alcance es una de las características más conocidas de esta ave que golpea con extraordinaria rapidez y que, al parecer, tiene una significación amorosa. Macho y hembra anidan en el interior del hueco trabajado y lo seguirán haciendo año tras año si no se les atosiga. 

 

Ocasionalmente, sobre todo en invierno, alguna Garza real acude a pescar a una charca que se inunda en el centro de la finca. Puedo verla desde el jardín, con mucho sigilo, pues va dando zancadas siempre alerta y al menor movimiento emprende vuelo, el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola. Suelen ser unos instantes fascinantes pero muy breves porque cada vez que saca su afilado pico rojizo del agua, tras ingerir alguna rana o tritón, la astuta y desconfiada ave lacustre alza el largo pescuezo y parece pensar: «ya es bastante por hoy». Entonces se eleva majestuosa, para ir desapareciendo en el horizonte suavemente, como una princesa de los cielos.

 

Carraca
Chotacabras
Águila Imperial Ibérica

sábado, 6 de julio de 2024

MI PARADOR EN EL DESIERTO DEL SÁHARA

 

MI PARADOR DEL SÁHARA

También en el desierto del Sáhara existe, desde la colonia española y en pleno funcionamiento, un Parador que responde al modelo hostelero de los Paradores Nacionales españoles. En mis dos estancias en El Aaiún, la capital saharaui, me he alojado en este confortable hotel de amable personal y excelente restaurante. Me gusta ese un bar donde echar unos tragos después de un día sofocante.

Probablemente volveré a quedarme por allí en próximas ocasiones, si bien poco a poco van surgiendo nuevos hoteles en esta ciudad del desierto que crece y crece cada día más.

La historia del Sáhara Occidental es complicada y pesarosa, demasiado como para tratar de resumirla en este texto tan breve, pero sugiero a todo viajero inquieto que conozca los avatares sufridos por este territorio y sobre los que hay abundante historiografía. De la misma manera que propongo alojarse en El Parador si alguna vez sus derroteros le orientan hacia este país de inmensos horizontes arenosos.

Parador de El Aaiún, Avenue Oukba Ibn Nafiaa, Sahiat el Hamra.

 


martes, 2 de julio de 2024

MI PARADOR DE MARRUECOS

Ketama, en el corazón de la cordillera del Rif


Nos vamos al norte de Marruecos por carreteras montañosas para conocer un peculiar Parador que se mantiene en óptimo funcionamiento. Se trata del actual hotel Tidghine (de 4****), en la localidad de Issaguén. Su propiedad y gestión están en manos marroquíes desde la independencia del país, en 1956. Al ascender la cordillera del Rif hasta Ketama, llama la atención encontrar en plena actividad el que fuera Parador de Turismo en tiempos del Protectorado español.

Fue levantado en 1932 y años después, siendo ya independiente el país magrebí, remodelado tras un incendio en 2008. Anteriormente, Issaguén era un pequeño complejo de veraneo y esquí, pero con el desarrollo del cultivo del cannabis la región se convirtió en centro de tráfico de hachís e hizo huir a los turistas.

Hoy en día, la situación ha mejorado mucho. La zona, quebrada y boscosa, ideal para paseos de alta montaña, se puede volver a recorrer sin mayores riesgos. Yo mismo lo he podido comprobar durante varias rutas por las montañas del Rif realizadas en esta última década y en las que ha sido siempre un placer alojarme en este antiguo Parador, tan confortable y donde se puede comer exquisitamente. La mejor recomendación

jueves, 13 de junio de 2024

Mis Paradores Favoritos (Sur de España)

 

Seguimos con nuestro extraordinario recorrido por la Red, orientando la brújula hacia la mitad sur del país. Nos hemos venido acercando tan solo a una pequeña parte de ese patrimonio disperso por la España norte, aún a riesgo de dejar atrás otros excelentes Paradores alrededor de los cuales van apareciendo las ricas y diversas tierras de España. Ahora giramos rumbo al sur. Vienen por delante Extremadura, Andalucía, el Levante, la zona central ... Todo un viaje de ensueño.

Parador de Alcalá de Henares (Madrid). Se abrió en 1930 como Hostería del Estudiante y en 2009 se inaugura el Parador ocupando tres de los colegios mandados construir por el Cardenal Cisneros.

Parador de Cádiz es una joya moderna con impresionantes vistas a la bahía desde cualquier punto. A solo un paso del hotel tienes la playa de La Caleta, que te invitará a caminar por el paseo marítimo, testigo de los años en los que el puerto fue importante nexo con el Nuevo Mundo y donde evocarás la bella imagen del malecón de La Habana.

Canción CARLOS CANO. Autor de la letra, Antonio Burgos                  

"Desde que estuve, niña, en La Habana no se me puede olvidar
tanto Cádiz ante mi ventana, Tacita lejana, aquella mañana pude contemplar...
Las olas de la Caleta, que es plata quieta, rompían contra las rocas de aquel paseo
que al bamboleo de aquellas bocas allí le llaman El Malecón...
Había coches de caballos, que era por mayo, sonaban por la Alameda, por Puerta Tierra,
y me traían, ay, tierra mía, desde mi Cádiz el mismo son...
El son de los Puertos, dulzor de guayaba, calabazas, huertos...
Aún pregunto quién me lo cantaba..."

 

 

Parador de Granada se encuentra en el corazón de La Alhambra, entre jardines y fuentes que evocan un pasado donde se mezcla lo árabe y lo cristiano, un convento construido por los Reyes Católicos sobre un antiguo palacio nazarí cuyos muros de ladrillo esconden un interior donde excepcionales piezas de arte y mobiliario se funden con espectaculares vistas a los jardines del Generalife.

Parador de Guadalupe (Cáceres), junto al Real Monasterio y la plaza de Santa María, es un impresionante conjunto mudéjar de los siglos XV-XVI. El conjunto ocupa los antiguos Hospital de San Juan Bautista, del siglo XIV, y Colegio de Infantes, del siglo XV, convertidos en Parador en 1965. Ambos dependían del monasterio y simbolizan los pilares del saber medieval: humanismo y ciencia.

Parador de Jaén (2), ubicado en lo alto del cerro de Santa Catalina, junto al castillo del mismo nombre, corona la ciudad y ofrece una espectacular panorámica de los montes de Sierra Morena, Sierra Mágina y de la propia ciudad de Jaén. Impresiona su fachada de inmensos muros de piedra y la bella bóveda interior.

Parador de Jávea (Alicante) se encuentra junto a la playa del Arenal, en la Costa Blanca. El lugar ofrece maravillosas calas, playas y miradores desde los que contemplar el Mediterráneo. Sus habitaciones tienen vistas al mar y en la terraza he degustado deliciosos arroces, pescados y fideuás.

Parador de Melilla, se eleva sobre un pequeño valle y ofrece las mejores vistas de la ciudad y la costa melillense, está incluido es uno de mis Favoritos porque hace una gran labor de apoyo a esta bellísima ciudad modernistas en tierras africanas.

Parador de Mojácar (Almería) es sinónimo de playa, sol y tranquilidad y está ubicado en un precioso pueblo característico por sus casas blancas y sus estrechas y laberínticas calles. Se encuentra en un entorno natural privilegiado, que combina el interior de la Sierra de Cabrera con las playas vírgenes del Parque Natural de Cabo de Gata.

Parador de Málaga, situado sobre el monte Gibralfaro, tiene magníficas vistas de la ciudad y desde la terraza ofrece la mejor panorámica de la bahía de Málaga.

Parador de Oropesa (Toledo) desde 1930, está ubicado en el hermoso Castillo de los Álvarez de Toledo, condes de Oropesa, que se alza sobre una colina que goza de excepcionales panorámicas de la Sierra de Gredos y del Campo Arañuelo. El conjunto destaca por su escalinata del siglo XVI y la impresionante torre del homenaje, de 25 metros de altura y 5 plantas

Parador de Plasencia (Cáceres), está en el corazón de esta histórica ciudad, dentro del conjunto monumental del siglo XV y el que se alzó es Convento de San Vicente, por los Zúñiga y Pimentel, duques de la villa. Se conserva varios elementos originales, como el artesonado del claustro bajo, el púlpito del refectorio, un maravilloso friso de azulejos del siglo XVI y numerosos restos de pinturas murales de la época. Sin embargo, el espacio más espectacular es la escalera volada, una de las más bellas de España construida en 1577.

Parador de Trujillo (Cáceres) se ubica en el centro histórico, a pocos metros se encuentra la Plaza Mayor, centro neurálgico de la ciudad y rodeada de edificios históricos de enorme belleza. En su centro se levanta la estatua ecuestre de Francisco Pizarro. Fue el convento franciscano de Santa Clara del siglo XVI.

Parador de Úbeda (Jaén) fue construido en su origen como residencia del capellán de la capilla funeraria del Salvador y se ubica en una céntrica plaza donde comparte espacio con algunos de los monumentos más destacados de la ciudad.

En el edificio, de arquitectura renacentista, destacan su fachada y el espléndido patio central. Úbeda fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por su conjunto monumental renacentista. Un paseo por su casco histórico explica este título concedido por la riqueza patrimonial e histórica que se encuentra en sus calles, palacios, iglesias y museos.