sábado, 6 de julio de 2024

MI PARADOR EN EL DESIERTO DEL SÁHARA

 

MI PARADOR DEL SÁHARA

También en el desierto del Sáhara existe, desde la colonia española y en pleno funcionamiento, un Parador que responde al modelo hostelero de los Paradores Nacionales españoles. En mis dos estancias en El Aaiún, la capital saharaui, me he alojado en este confortable hotel de amable personal y excelente restaurante. Me gusta ese un bar donde echar unos tragos después de un día sofocante.

Probablemente volveré a quedarme por allí en próximas ocasiones, si bien poco a poco van surgiendo nuevos hoteles en esta ciudad del desierto que crece y crece cada día más.

La historia del Sáhara Occidental es complicada y pesarosa, demasiado como para tratar de resumirla en este texto tan breve, pero sugiero a todo viajero inquieto que conozca los avatares sufridos por este territorio y sobre los que hay abundante historiografía. De la misma manera que propongo alojarse en El Parador si alguna vez sus derroteros le orientan hacia este país de inmensos horizontes arenosos.

Parador de El Aaiún, Avenue Oukba Ibn Nafiaa, Sahiat el Hamra.

 


martes, 2 de julio de 2024

MI PARADOR DE MARRUECOS

Ketama, en el corazón de la cordillera del Rif


Nos vamos al norte de Marruecos por carreteras montañosas para conocer un peculiar Parador que se mantiene en óptimo funcionamiento. Se trata del actual hotel Tidghine (de 4****), en la localidad de Issaguén. Su propiedad y gestión están en manos marroquíes desde la independencia del país, en 1956. Al ascender la cordillera del Rif hasta Ketama, llama la atención encontrar en plena actividad el que fuera Parador de Turismo en tiempos del Protectorado español.

Fue levantado en 1932 y años después, siendo ya independiente el país magrebí, remodelado tras un incendio en 2008. Anteriormente, Issaguén era un pequeño complejo de veraneo y esquí, pero con el desarrollo del cultivo del cannabis la región se convirtió en centro de tráfico de hachís e hizo huir a los turistas.

Hoy en día, la situación ha mejorado mucho. La zona, quebrada y boscosa, ideal para paseos de alta montaña, se puede volver a recorrer sin mayores riesgos. Yo mismo lo he podido comprobar durante varias rutas por las montañas del Rif realizadas en esta última década y en las que ha sido siempre un placer alojarme en este antiguo Parador, tan confortable y donde se puede comer exquisitamente. La mejor recomendación